El referendo, otra medida contra el pueblo
Por Adolfo Ramos
El gobierno de Uribe ha propuesto a los colombianos un referendo
que abarca los temas de reforma política, fiscal y laboral. Sin duda,
éste corresponde a la estrategia a que ha sido sometida la nación
desde el cuatrienio de Gaviria que, con la Constitución de 1991,
se materializa entre otras, en las medidas tendientes a reducir la capacidad
del Estado transfiriendo el manejo de la economía a los monopolios
privados nacionales y extranjeros.
Nada distinto ha hecho el mandatario actual: cierre de empresas, fusiones,
despido masivo de funcionarios públicos, reformas laborales, pensionales
y tributarias, que hacen parte del rosario de atentados contra el pueblo
a favor de los intereses del capital monopolista y en especial del de Estados
Unidos.
Hoy más que nunca se hacen notorios los efectos devastadores de la
entrega de la soberanía económica. Los índices de pobreza
han llegado a límites insoportables, tanto, que el periódico
El Tiempo ha dedicado no pocos editoriales a ventilar la gravedad
del asunto, señalando que “a partir de 1997 la pobreza
se aceleró y hoy cobija el 62 por ciento de la población,
el ingreso de las clases medias y bajas se deterioró y disminuyó
la cobertura en salud y educación. En salud, 1.7 millones de personas
se desafiliaron en los últimos cinco años. La cobertura llega
a 21 millones de colombianos cuando en 1997 estaba cerca de 22 millones.
Hoy los hogares pobres tienen mayores probabilidades de enfermarse y menores
probabilidades de ser atendidos.” De igual manera dice que en
Bogotá el índice de pobreza ascendió al 63 por ciento
de la población y que, en una de las Tres Perlas del Caribe, Cartagena,
“El Patrimonio Histórico de la Humanidad”, los índices
de pobreza son del 70 por ciento.
El desempleo, otro de los flagelos que azotan la nación se ve reflejado
en la gran masa de hombres y mujeres agolpados en calles y semáforos
de las grandes ciudades y aún en las medianas, dedicados al rebusque
diario, llegando a la escalofriante cifra de desocupación del 50
por ciento de la población económicamente activa del país.
La situación anterior se ve agravada por la violencia que padece
la nación, colocándola en una encerrona de polarización
política que pretende llevar al pueblo a escoger entre dos males,
una extrema izquierda y un gobierno derechista. Este último aprovecha
la acogida que ha tenido la denominada “Seguridad Democrática”
para impulsar el refrendo de manera plebiscitaria.
Visto los males que aquejan a Colombia y considerando que al proletariado
le compete continuar la brega por la defensa de sus derechos y conquistas
en la búsqueda de mejores condiciones de bienestar, se abstendrá
de votar el referendo, puesto que éste no es más que otra
medida contra el pueblo, porque congela salarios, pensiones, recorta los
derechos democráticos y en lo referente al manejo fiscal y administrativo
completa la adecuación del Estado a las reformas aprobadas en la
Constitución de 1991 en el marco de la apertura imperialista.