El fogonero
Aparte del artículo "Pese a sus contraataques, Washington sigue a la defensiva estratégica"
Publicado en Tribuna Roja No. 46 diciembre de 1983
ganar la partida, el Kremlin volvió por sus fueros y se convirtió en factor sin el cual es casi imposible alcanzar una solución a la crisis del área. Con el objetivo de bloquear la táctica norteamericana y poder pasar a la ofensiva Moscú maniobra por intermedio de Siria, con la que tiene un pacto bélico desde 1980 y a la que ha enviado tanques y misiles antiaéreos de su más reciente promoción, así como 8.000 consejeros. Valiéndose del hecho de que hace siete años Siria estacionó en Líbano un contingente que hoy llega a 60.000 soldados y que ocupa la mitad del país, el socialimperialismo volvió a entrometerse en los asuntos del Medio Oriente.
La invasión israelita al Líbano, cuya meta era propinar un golpe mortal a la OLP y al mismo tiempo ampliar las conquistas del Estado Judío, complicó aún más la situación, ya que fuera del problema palestino se creó el de una posible partición del Líbano entre Siria e Israel. Y precisamente en el momento más difícil de su historia, con sus fuerzas duramente vapuleadas por la agresión israelita y dispersas en varias naciones árabes, la OLP fue dividida por la URSS, a través de Siria y Libia. Tomando como pretexto el que Yasser Arafat no descartó la alternativa de entablar negociaciones diplomáticas sobre la cuestión palestina e incluso de discutir las propuestas puntualizadas por Reagan en septiembre de 1982, y en las que se contempla, entre otras cosas, el reconocimiento de Israel por parte de la OLP, el Kremlin orquestó una revuelta en las filas de los 15.000 guerrilleros palestinos establecidos en el norte del Líbano para arrebatar la jefatura del movimiento e impedir cualquier transacción que no encuadre en su plan de operaciones expansionistas. Lo que se propone la Unión Soviética es que la OLP se pliegue a sus dictados, que se transforme en una organización de bolsillo y al servicio incondicional de sus designios imperiales. Los intereses de un movimiento de liberación nacional de la importancia de la OLP entraron en contradicción directa con el hegemonismo soviético, que prefiere romper su unidad antes que perder la influencia en su seno.
Desde el 2 de noviembre, tropas sirias y libias y las facciones amotinadas de la OLP lanzaron una violenta arremetida contra los últimos reductos de Arafat en el Líbano septentrional con el fin de liquidar a quienes se niegan a ser dóciles instrumentos de Moscú y Damasco. Así, en la coyuntura más difícil de su historia, el movimiento palestino es golpeado a muerte por el Kremlin y sus lacayos, ante lo cual los países de la Comunidad Europea decidieron brindar su apoyo a Yasser Arafat y a sus partidarios.
Además de provocar la división de la OLP, Siria atiza los conflictos internos en el Líbano, como el de drusos y cristianos, esto para impedir la normalidad en el país y sacar ventaja del desorden reinante. La negativa de Damasco de retirar sus tropas de territorio libanés, excusa esgrimida a la vez por los imperialistas israelitas para mantener también las suyas, ha empantanado la táctica de los estadinenses, pues en esas condiciones no logran avanzar ni en la pacificación del Líbano ni en su propuesta sobre el problema palestino. Todo el mundo habla de la presencia judía en el Líbano, pero muy poco se dice en relación con el ejército sirio. Sin embargo, mientras Jerusalén persista en su posición intransigente y provocadora hacia la justa causa de la autodeterminación palestina, el socialimperialismo seguirá encontrando oportunidades para intrigar en la zona posando de defensor de los pueblos oprimidos.

Moscú se recupera en el Medio Oriente
El rompimiento de Sadat con los rusos, a comienzos de los años setentas, y ulteriormente los acuerdos de Camp David entre Egipto e Israel, el impacto que causara en el mundo islámico la invasión a Afganistán y la ofensiva israelita contra el Líbano, hizo que la URSS perdiera temporalmente la iniciativa en la convulsa política del Cercano Oriente. Sin embargo, cuando parecía que Estados Unidos iba a