La huelga de la USO
Cierre de un ciclo de entregas
Por Oswaldo Meneses
En diciembre de 2002, la Unión Sindical
Obrera, USO, le presentó el pliego de peticiones a la empresa Colombiana
de Petróleos, Ecopetrol, para suscribir la nueva convención
que regiría las relaciones laborales para el período 2003-2004.
La etapa de arreglo directo transcurrió bajo la protesta de la representación
sindical por la denuncia de la convención hecha por la empresa, la
cual recortaba la casi totalidad de los derechos y garantías logrados
por los trabajadores.
Desde la primera entrevista concedida por el presidente de Ecopetrol, Isaac
Yanovich a El Tiempo, el 15 de diciembre de 2002, se aprecia la
firme decisión de no reversar por parte del patrono, y que el gobierno
va por todo.
La directiva de la uso pierde el primer pulso, cuando acepta negociar sin
que se retire el contrapliego. Dada su política conciliadora, dejaron
surtir las etapas legales sin haber desplegado acción alguna que
diera al traste con las pretensiones gubernamentales.
Mientras tanto, el gobierno, ante tanta desidia, creó la Agencia
Nacional de Hidrocarburos, entidad que termina la adecuación de la
apertura en el sector energético, arrebatándole el control
de los hidrocarburos a Ecopetrol. Se completa así la entrega de este
recurso natural a las transnacionales, tal como había sucedido antes
con el gas y con el carbón. Lo que implica de antemano el paulatino
marchitamiento de la empresa petrolera, tal como aconteció con Telecom,
Caja Agraria, Colpuertos y demás entidades públicas.
Como era de esperarse, se produce el fallo del tribunal en contra. Sin embargo,
el sindicato continúa confiado en la benevolencia que emana de los
detentadores del poder, y le apuestan al recurso interpuesto ante la Corte
suprema de Justicia. Esta devuelve el laudo, lo que hace prever el nefasto
desenlace.
Con la huelga, bautizada de política ante la evidente incapacidad
para suspender la producción, se pretendió dejar la constancia
histórica a fin de continuar engañando a sus asociados y al
país entero. El régimen uribista, ante la generosa oportunidad
presentada, arrasa de un solo tajo los derechos laborales adquiridos durante
tanto tiempo de luchas y despide, además, 248 trabajadores, entre
ellos, a la dirección sindical.
El 28 de junio, con el protocolo del levantamiento de la huelga se cierra
la etapa de entregas que tanto daño le han causado al movimiento
obrero en Colombia, hecho que queda registrado el 23 de julio de este año,
en El Tiempo, con el titular que anuncia “Jubilación de la
cúpula de la USO”.
El acuerdo a que llegaron para el levantamiento de la huelga, les concedía
el derecho anticipado a la pensión por parte de la empresa, llamado
acogido por quienes representaron a los sindicalizados por muchos años,
abandonando a su suerte a los demás compañeros despedidos.
Los trabajadores, una vez asimilen tan dolorosa experiencia, encontrarán
las verdaderas causas de tamaños desatinos y podrán trazar
el camino que los conduzca hacia el sindicalismo democrático y patriótico
que la nación aguarda.
Bogotá, agosto 1 de 2004